13 años sin verdad, sin reparación y sin garantías de no repetición
“Un martes en la mañana entro un varón, al barrio Punta Del Este y nadie tuvo precaución” (Aramburo, 2018). Cada año debería ser distinto para la población bonaverense. El 19 de abril los semáforos, las calles, las plazas públicas y la Alcaldía deberían estar llenas de personas manifestando la inconformidad del acto vehemente que nos marcó, debería la ciudadanía bonaverense sentir empatía por el suceso que dividió la historia de un pueblo en dos, que dividió las prácticas ancestrales y que mató los lazos comunitarios, producto de las dinámicas racionales de la violencia. Estas acciones violenta nos ha obligado a buscar estrategias que nos permita hacer procesos enculturación para la conservación de nuestro reconocimiento como grupo étnico.
19 de abril del 2005 se encuentran a doce (12) jóvenes asesinados, con signos de tortura, muchos de ellos fueron mutilados y masacrados por personas aún no identificadas, que se sabe que son ajenos de la comunidad.Hoy se cumple 13 años de aquella masacre de los doce (12) de Punta Del Este, con seguridad hoy no podemos decir que son 12 jóvenes. Ahora, son más de 24 masacrados, porque cuanto se vive con la injusticia, con el dolor y duelo congelado, se está muerto en vida. Cuando se viven sin tener respuesta a las preguntas ¿Por qué? ¿Qué ganaban con matarlo? ¿Quién o quienes mandaron hacerlo? Es una vida de tortura. Son 13 años sin saber respuesta para estas madres y familias de los jóvenes que salieron aquel día por el amor al deporte y por la necesidad del dinero. Un partido de futbol acabó con la ilusión, de un pueblo y una ciudad. Ahora se mira el futbol con recelos y mucha dificultad.
Frente a esta situación el Estado como garante de los derechos, no ha hecho justicia en la búsqueda de los responsables. Son 13 años sin justicia, sin verdad, sin reparación, y sin garantías de no repetición por parte del Estado. Aun así estas madres continúan en la lucha de encontrar la verdad, porque será lo único que les podrá dar la paz espiritual.El otro lado de este suceso, esta puesto en el acompañamiento que realizan las organizaciones sociales de base comunitaria, en particular Rostros Urbanos que desde hace más de 8 años han construidos procesos de incidencia, en la reivindicación del reconocimiento de la víctimas a través del arte, que buscan el esclarecimiento de la verdad, que parece un camino complejo, mientras el Estado siga siendo necrótico con las víctimas. Para finalizar decimos que solo la fe y la espiritualidad, mantiene de pie a las madres de los 12 de Punta Del Este. Simplemente queremos vivir con dignidad.